Hay gente que su principal afán
es creer en extraterrestres y que los ovnis son naves
extraterrestres, creer en fantasmas, brujas, chupacabras y
poderes mentales. Ellos desean creer porque satisface sus
antojos y deseos, no porque sean de mente abierta, porque les
permite soportar su imaginaria realidad que ellos viven, pero
que no existe más que en sus mentes.
Con esta entrada
ya más de uno se rasgó las ropas tachándome de negacionista o
algo peor. Pero la verdad es que sí existen fenómenos sin una
explicación aparente, que de momento se escapan a la lógica y
al raciocinio, pero no por ello debemos dejarnos arrastrar por
simples teorías facilonas, sacadas de la manga, con las que se
trata de evitar el arduo trabajo de investigar que es lo que
realmente está pasando con esos fenómenos.
Con todo
respeto, el proponer o seguir esas teorías fuera de lugar, no
es más que una prueba de carencia de valor para afrontar el
reto de resolver esos misterios. Cualquiera puede creer todo
eso y más, para creer no hay limites más allá del antojo y
deseo personal de cada uno, aunque lo que se crea sea tan solo
un engaño. Lo que realmente valdría la pena y el esfuerzo, es
indagar a profundidad que sucede con esos fenómenos y sucesos
que tanto llaman la atención a las personas. El saber y
conocer bien las cosas, sus porque y sus como, nos ha
hecho libres para vivir y sobrevivir en el mundo tal como es;
el creer solo nos satisface internamente, aunque nos limita
pues muchas creencias topan con el muro de la
realidad.
El problema es cuando se comienza a negar la
realidad y se empieza a reinventar una falsa realidad que solo
existe en la mente de sus participes. Si un millón de personas
dice creer que la Luna es rosa, no por eso es rosa, y no por
eso dejará tener ese color pálido que tiene. Así de simple,
por más que griten, publiquen y promocionen sus “verdades”, la
realidad no cambiará a sus antojos. Pues nosotros vivimos
dentro del universo, o dentro de la realidad, no el universo o
la realidad dentro de sus mentes.
No porque mil
personas griten que los extraterrestres van a llegar al mundo
en el 2012, eso va a pasar, o porque otras mil griten que en
ese año la humanidad evolucionará espiritualmente, eso
ocurrirá. No porque mil personas griten que los círculos de
las cosechas son hechos por extraterrestres, esto es
verdad.
Y digo gritan, porque esa gente siempre grita
su ideas, y gritan más si alguien les cuestiona o le exige
rendir cuentas o poner a prueba sus dichos. Pero no les
interesa que a muchos no les interesa escucharles, y menos a
la fuerza, como ellos pretenden. Eso solo demuestra que ellos
mismos saben que lo que tanto gritan carece de razón y de
verdad. Recuerden, solo grita aquel que sabe que no tiene la
razón; y ellos todo lo gritan.
Creen tener toda la
razón, aunque si ponemos bajo análisis sus argumentos, la
realidad evidente e innegable, es que no la tienen, pues todo
lo que argumentan carece de pruebas y de sentido. Es como
aquellos pseudo-investigadores que dice investigar mucho, pero
solo se la pasa copiando textos de otros y pegándolos
agregando su nombre, diciendo que son sus investigaciones.
Solo lo hacen por sentirse parte del mundo, que ellos mismos
ya le dieron la espalda cuando acudieron a la negación y la
cerrazón mental.
Algunos lo podrían estar sufriendo
algún tipo de manías, por ejemplo ufomanía o mitomanía por
mencionar algunas. Pero en muchos casos, solo tratan de
olvidar de momento la insondable realidad que les rodea, por
eso se ocultan en “investigaciones ufológicas” o
“paranormales”, pero por más que lo hagan, su realidad siempre
los alcanzará, sin lugar a dudas.
Los que vale la pena
rescatar de todo esta parafernalia mitificofílica (que desea
de todo hacer un mito), es aquellas personas que sanamente se
dedican a indagar y buscar respuestas a estos misterios que
tanto llaman la atención de las personas, y que no lo hacen
por simple ocio o entretenimiento, como lo realizan algunos
“investigadores”, sino que buscan respuestas a sus
interrogantes. Los que no se quedan con el “creer”, pues ellos
lo que desean es saber.
Y sí, eso es lo importante,
saber, pues el que sabe la realidad de las cosas, no las
niega, solo las niega aquel que no quiere llegar a conocerlas,
o que las conozcan los demás.
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